sábado, 4 de julio de 2009

Crónica de ayer viernes del Festival Internacional de Música de Jimena

Nota de prensa del Ayuntamiento de Jimena.
Jimena vuelve a enfundarse el traje de Festival
El El Festival Internacional de Música de Jimena de la Frontera alcanzó hoy viernes su dinámica habitual de conciertos y actividades. La apertura de los escenarios del Llano de la Victoria y el Paseo de la Constitución trajo consigo, también, el habitual trasiego de visitantes y el ajetreo de personas por las calles del Casco Histórico.

La segunda jornada de esta novena edición del Festival arrancó, aún con mucho calor en el ambiente, en el Santuario de la Reina de los Ángeles. La guitarrista clásica Sabrina Vlaskalic tomaba el relevo de la Orquesta Manuel de Falla, que el día anterior había dejado un buen sabor de boca entre los aficionados locales.
La joven serbia, quien sufrió las consecuencias de la pérdida de una maleta en el aeropuerto (pidió disculpas por su atuendo), ofreció un recital basado en piezas de De Fossa, Bach y Manen, dando cuenta del buen hacer que le ha hecho acreedoras de múltiples reconocimientos internacionales a lo largo de toda Europa en los últimos años, entre ellos el Premio Julián Arcas de guitarra.
Entre el público, en esta ocasión, las caras, los gestos y las miradas eran algo diferentes a las habituales. Buena parte del mismo estaba conformado por los pequeños alumnos de las Escuelas Municipales de Música de Jimena así como de la Banda Municipal de Música, para quienes Vlaskalic era el ejemplo perfecto de lo que se puede llegar a conseguir con estudio y disciplina.
Caía la noche cuando, finalizado el recital de la joven intérprete, comenzaba el primer gran reto para el equipo de coordinadores y voluntarios del Festival de Jimena: abrían sus puertas el Llano de la Victoria y el Paseo de la Constitución.
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-Sabrina Vlaskalic-

En el primer espacio, dedicado tradicionalmente al jazz y las músicas del mundo, se esperaba la actuación de uno de los platos fuertes de esta edición: el grupo Kroke, una experimentada banda especializada en klezmer, la música tradicional de los judíos del este de Europa, y sefardí.
A pesar de sus raíces yiddish, apreciables en todos y cada uno de sus temas, Kroke no renuncia a los sonidos contemporáneos, lo que hace su música especialmente apetecible para los amantes de las nuevas músicas.
De esta manera, el ecléctico espacio del Llano de la Victoria se vio envuelto en una espiral de melodías de contrabajos, violas, acordeones y percusión, que lo devolvió a su particular status quo festivalero.
Flamenco marroquí
Y si la fusión de estilos y culturas reinaba en el Llano, el Paseo de la Constitución, en la otra punta del pueblo, no le iba a la zaga. A la misma hora que actuaba Kroke, se subía al escenario la Orquesta Chekara de Tetuán. Cincuenta años después de su fundación, Jallal Chekara, sobrino del creador del grupo, Abdessadak, encabeza una formación empeñada en romper las barreras que puedan existir entre las músicas andalusí y flamenca.
----Kroke en el Llano de la Victoria-

Acompañada por los artistas flamencos Alicia Acuña, Vicente Gelo, Raúl Cantizano y Ángeles Gabaldón, la propuesta de la Orquesta Chekara trajo al Paseo quejíos flamencos mezclados con voces norteafricanas y aderezados con bailes de una y otra orilla del Estrecho.
La noche se preveía larga en el entorno del Paseo. En medio de una agradable temperatura, que invitaba a pasear, se desarrollaba el Mercado Andalusí en la calle San Sebastíán, y, entre actuación y actuación, podían oírse los ecos de los músicos callejeros que competían a pie de calle, a las puertas de los bares y sobre las aceras, por el honor de convertirse en teloneros de Macaco.
Sonido Nueva Orleans
Entre tanto, en el escenario se anunciaba a unos viejos conocidos: la New Orleans Jump Band, los reyes indiscutibles del sonido Dixeland en la Costa del Sol. Se trata de una formación que cae simpática al primer golpe de vista y oído y con el arte de hacer levantarse al público de sus asientos.
Cuba atemporal
La madrugada la cerraría poco después la banda catalana-habanera Cubaneo, cuyo nombre hace inútil más descripciones. Ritmos tradicionales caribeños (troba, sones, boleros, habaneras, guajiras, guarachas,...) para echar el cierre a una jornada intensa en la que Jimena volvió a enfundarse el traje de Festival que tan bien le sienta para las noches de julio.

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