lunes, 27 de julio de 2009

Reflexión sobre el maltrato, por Silvia Ocaña

Enviado por Izquierda Unida.
Dicho artículo de opinión viene dado a raíz de las recientes noticias que todos y todas hemos podido ver por televisión. El abuso sexual de dos niñas menores de edad por parte de chicos, también menores de edad y la mujer de Toledo asesinada presuntamente por las manos de su pareja sentimental que tenia una orden de alejamiento.
Todos nos preguntamos, o por lo menos yo me pregunto, ¿cuál es el problema? ¿qué hacer para que estos actos tan “brutales” para la figura femenina dejen de darse?.
Se suele identificar a la violencia de género con la mujer casada o no que recibes malos tratos, físicos ó psíquicos, por parte de su pareja sentimental, siempre masculina claro está.
Pero a mi parecer la violencia de género va más allá. ¿Acaso no han sido estas dos chicas víctimas de la cruel violencia de género?
La mujer, sea adulta o sea niña siempre estará mucho más expuesta a “peligros” que el varón. El por qué es difícil de explicar ya que según mi punto de vista son muchos los factores los que influyen.
La violencia de género es pues algo difícil de erradicar pero no imposible. Será difícil porque para acabar con tanta crueldad se debe empezar con las mentalidades.
Son muchos los siglos de tradición misógina los que hay que borrar, pero puede que aunque a muy largo plazo pueda llegar.
Vemos pues que la mujer siempre se muestra como el elemento débil al que se le puede atacar ya sea mediante la violencia, malos tratos, violaciones, etcétera…
Es el concepto de mujer débil, un ser diferente, el que hay que erradicar.
El varón se siente más fuerte por el simple hecho de tener pene. Hablo en general. El miembro viril es utilizado por éstos como arma contra las mujeres.
Creo que el uso de la violencia atrae más violencia, sea del tipo que sea.
Es cierto que por tradición, ya fuese la religión que fuese, se ha visto a la mujer como un ser inferior. Pero ya la mentalidad está cambiando, ó por lo menos algo, aunque sea simplemente un poco. Ya se tiene algo más de conciencia ante el tema de la violencia de género. Ya al menos, el mundo en general, sabe que maltratar a una mujer es algo “incorrecto”.
Son muchas las manifestaciones, protestas y demandas que piden que se castigue más y más al maltratador.


Estas protestas y manifestaciones en contra de la violencia de género, por lo menos en España, ya son un paso adelante. Ya la población en general ha tomado algo de conciencia y ha recapacitado sobre el error que supone pensar en que la mujer es un “elemento” al que el varón puede “manejar”.
Pero de ahí a que se acabe con toda esa “ideología de inferioridad” queda mucho.
La mentalidad misógina es el problema, pasa de generación en generación. De padres a hijos, de abuelos a nietos, etcétera… es todo un círculo vicioso. Y también es en muchos casos la propia mujer la transmisora de dichos pensamientos por el simple hecho de no sentirse desplazada de la sociedad en la que viven día a día.
Muchas son las mujeres las que sienten miedo a denunciar un maltrato físico ó psíquico por el simple hecho de ser señaladas luego por los otros miembros de su comunidad.
Pero estas mujeres deben entender y comprender que las reglas de convivencia de su comunidad han sido creadas por varones, y nunca se les dará a ellas opción a liberarse por lo “legal”.
Es por ello por lo que deben empezar a convertirse en pioneras para que otras muchas mujeres que vengan detrás se sientan acogidas y arropadas y en conjunto.
Pienso que la soledad y el vacío que se les hace a estas mujeres son enormes. Una mujer, sea del país y de la religión que sea, no quiere verse sola, aislada ó desplazada. El ser humano es un ser que necesita vivir en comunidad.
Una mujer muchas veces prefiere aguantar todo el maltrato que sea antes de verse sola y desamparada ante una sociedad de varones.
Ese es el problema. Las reglas y comportamientos sociales han sido creados por hombres. Éstos dejaron todo bien atado, supieron implantar muy bien en la mentalidad femenina el mensaje de que solas no valen para nada. Es por ello por lo que el varón manda y tiene en todo momento sometido al género femenino.
El hombre, ó mejor dicho, el varón, en términos generales, han sabido moldear muy bien a su antojo la personalidad femenina, aunque le haya costado cientos y cientos de años. Pero lo consiguió. Ahora la cosa está cambiando, un poco, eso sí.
La mujer ha tomado un poco más de conciencia sobre su persona. Algunos hombres también.
La mujer se ha descubierto a sí misma, el varón ha visto, ha abierto los ojos respecto a esa “siempre fiel compañera”.
En los países teóricamente “desarrollados” la violencia contra el género femenino es de menor porcentaje que en los países donde ese desarrollo es menor. Pero mi pregunta es, ¿quién define cuál es un país “desarrollado” ó no? Tanto en los “desarrollados” como en los “no desarrollados” la mujer sigue siendo un “ser inferior”.
Cierto es que en los “desarrollados” existe una amplia legislación que ampara a la mujer pero una cosa es la teoría y otra muy distinta la práctica.
En España, un país supuestamente “desarrollado” se cometen atentados diarios contra la mujer, sobre todo por parte de la pareja sentimental de de ésta.
Vemos en las noticias como una mujer es apuñalada, disparada por un arma, violada, golpeada, etcétera… Existe violencia de género. Pero no solamente es violencia directa, también existe otro tipo de violencia de género indirecta y se puede ver todos los días en los medios de comunicación de masas como son la televisión, la radio, la prensa escrita…
Continuamente se nos avasalla con anuncios publicitarios de moda, productos cosméticos de belleza, productos para la limpieza del hogar…y en los programas televisivos de entretenimiento nunca falta una “espectacular” presentadora.
A mi parecer no creo que la mujer en sí sea un ser tan altamente superficial pero es el varón ó mejor dicho, la sociedad “masculinizada” la que quiere que la mujer se preocupe más del aspecto exterior de su cuerpo, de las mechas de su pelo, de su pintalabios y arrugas, del cuidado y limpieza del hogar.
El hombre desvía la atención de la mujer hacia estos aspectos para que ésta no se centre y se ponga a recapacitar sobre sus problemas realmente graves.
La mujer debe ser lo que el hombre quiera que sea, un simple objeto. Podemos verlo en el mundo de la moda, todos los mejores modistos y los que marcan tendencias son hombres. Ellos son los que dicen lo que es “fashion” ó no.
Este objeto-mujer puede pensar, eso sí, por sí misma pero siempre debe ser bonito, agradable a la vista de los demás, por supuesto, hombres.
Hay que empezar por todo eso. Eliminar el concepto que se le da a la mujer como un simple complemento.
El chiste de “la mate porque era mía”, eso es algo que ya en pleno siglo XXI debería estar fuera de lugar.
A las nuevas generaciones se las debe educar e instruir en otro tipo de ideas respecto a la mujer, pero no es así. Aún hoy día son muchas las niñas de 3 ó 4 años las que te dicen que ya tienen novio. ¡Un novio en la guardería! Otras tantas sus madres le enseñan a estar guapas, inculcarles que son “princesitas”, a regalarles por Navidad pequeñas cocinitas, bebés de juguete, etcétera…
Si a un niño le regalamos un “Barbie” te dice que eso es de mariquitas. Y todo ello lo dicen, tanto niños como niñas, porque detrás de sus palabras están las de sus padres.
La historia pues se repite. Y si se repite aquí, en un país “desarrollado” que decir que no se repita en lugares donde el problema de la mujer es mayor como por ejemplo en países islámicos.
A mi parecer y ya para terminar creo que existe mucha hipocresía en el tema de la violencia de género. Pienso que la violencia es la consecuencia final de un largo proceso de educación durante la niñez. La violencia es el fin, antes ha habido más medios para que ésta se lleve a cabo.
Todos, así pues, nos podemos sentir algo culpables cuando un hombre mata, viola, ó insulta a una mujer. La sociedad ha contribuido en la muerte porque es la sociedad la que no cambia su visión de diferenciación entre varón y mujer.
Si no queremos seguir teniendo ese sentimiento de culpabilidad hay que empezar a hacer algo, ya es hora.
Poco a poco, siempre hay esperanzas, se puede acabar con el problema y así llegará el momento en el que creamos una sociedad igualitaria. Realmente igualitaria y no lo que se nos da a ver, un simple espejismo.
El avance debe ser mayor para que sea efectivo.
SILVIA OCAÑA
Área de la mujer de IU

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