viernes, 17 de febrero de 2012

Condenado un jimenato por conducir ebrio en Jerez

Leído en el diario Europa Sur. Por su interés reproducimos esta noticia.
Un policía declara que tuvieron que trasladar el vehículo con el acusado subido al mismo "dada la borrachera que tenía"
J. Jiménez Gálvez
El Juzgado de lo Penal número 2 de Jerez condenó a un vecino de Jimena de 41 años, J. B. Z., a una multa de casi 1.100 euros por conducir borracho en dicha ciudad durante la celebración de la motorada del pasado 2 de abril de 2011. El magistrado lo consideró culpable de un delito contra la seguridad vial y también le sentenció a no pilotar vehículos a motor y ciclomotores durante un plazo de 1 año y 3 meses.

Los hechos ocurrieron en la avenida Álvaro Domecq. Los agentes de la Policía Local observaron como el procesado conducía de forma "anómala" una moto de tres ruedas. "Sin casco de protección, levantando las ruedas y dando acelerones innecesarios", según recoge el dictamen judicial. En ese momento, los efectivos de las fuerzas de seguridad le dieron el alto y apreciaron "evidentes síntomas" producidos por la bebida. Los propios agentes destacaron en la vista que el procesado desprendía un fuerte olor a alcohol; que tenía los ojos enrojecidos y el rostro sudoroso; que hablaba de forma "pastosa" y repetitiva; que respiraba aceleradamente; y que presentaba un comportamiento excitado.
Los policías le efectuaron entonces la prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado positivo de 0,75 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Según la declaración de unos de los efectivos de la Local, tuvieron que trasladar la moto con el acusado subido a ella "dada la borrachera que tenía". Además, según recoge la sentencia, los agentes informaron al procesado que tenía el derecho a someterse a otro tipo de prueba -de sangre, de orina y otros métodos análogos- para contrastar los resultados; pero el acusado lo rechazó.
Por su parte, durante el juicio y en una posterior alegación -rechazada por la Audiencia Provincial-, la defensa expuso que los hechos no habrían sucedido como relataban las fuerzas policiales. Según la versión del propio imputado, condujo la motocicleta antes de consumir alcohol; y después, una vez que ingirió este tipo de bebidas, se limitó a dar acelerones y hacer ruido con el vehículo. Los magistrados rechazaron esta hipótesis y recalcaron que "las manifestaciones de los policías locales fueron coherentes y convincentes".

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