domingo, 21 de julio de 2013

El gobierno decidido a vender y privatizar La Almoraima sin dilación

Leído en el diario Europa Sur. Por su interés reproducimos esta noticia.
El Estado busca un inversor para vender la finca La Almoraima
La gerencia sostiene que la extinción de la sociedad descarta el paso de los activos al Ministerio de Medio Ambiente Ugalde insiste en que su patrimonio no será malvendido
A. R. CASTELLAR
El Estado busca inversores para desprenderse de La Almoraima, la finca pública considerada el latifundio más grande de Europa (14.109 hectáreas) enclavada en Castellar de la Frontera, en el corazón del parque natural de Los Alcornocales. Treinta años después de su paso al patrimonio nacional -cuando fue expropiada a Rumasa, en 1983- el Gobierno central allana el camino para su vuelta a manos privadas.

La Almoraima SA (la sociedad gestora de la explotación) aparece en el último informe de la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas (CORA). Un documento gestado desde mediados del pasado año con el que el Estado aspira a adelgazar su estructura mediante la eliminación, fusión o simplificación de 57 organismos públicos.

Para el caso de esta imponente finca, el informe propone la extinción de la sociedad "sin dilación". Es una de las cinco mercantiles estatales que correrán esa suerte aunque, al contrario que en otros casos como la supresión o fusión de entidades públicas, el texto no especifica cuál será la hoja de ruta más allá de ese término.

La directora gerente de la sociedad, Isabel Ugalde, resume los posibles escenarios previos a la extinción societaria: la venta de la sociedad a terceros (con lo que finalmente no haría falta extinguirla) o de toda la finca. "En ningún caso la sociedad se extinguirá sin hacer nada. Sus activos nunca pasarán a otra de las estructuras del Estado", asevera, tras insistir en que La Almoraima ya estaba en planes de este tipo desde el año 2010, con el anterior Ejecutivo socialista. "No tiene mucho sentido que el Estado administre alcornoques, un hotel o vacas. No son funciones propias que puede hacer el sector privado. Además, en una sociedad anónima, la gestión debe realizarse con criterios económicos y empresariales. Pero la realidad es que la finca se gestiona bajo un modelo funcionarial", apunta Ugalde.

La venta ya se dejaba intuir días después de la presentación del informe de la CORA -a mediados de junio-, cuando desde La Moncloa declinaron aclarar si se contemplaba una adscripción de los bienes y actividad al ministerio matriz, el de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Sólo dijeron ceñirse al informe.

Sin prisas, pero sin pausa. La venta de La Almoraima no será a cualquier precio ni a cualquier postor. El Estado busca inversores capaces de mantener un vasto patrimonio cuajado de alcornoques, extensiones agrícolas, ganaderas y un recinto hotelero. "Es necesario encontrar un comprador adecuado. No se va a malvender. Quien quiera comprar la finca debe querer algo más que un coto de caza. Lo que se busca es un gran inversor, que esté dispuesto a acometer iniciativas. Alguien que rentabilice una finca única por su situación espectacular", reconoce la actual gerente.

Las acciones de La Almoraima SA pertenecen en estos momentos al Organismo Autónomo de Parques Nacionales, por lo que su trasvase a un privado o la venta del patrimonio resulta una operación, mercantilmente hablando, sencilla.

Pero, ¿cuánto vale La Almoraima? La familia Ruiz Mateos realizó en 2006 una tasación superior a los 300 millones de euros. "No es un valor disparatado para tiempos anteriores a la crisis", estima Ugalde, quien reconoce que actualmente las aspiraciones son a la baja aunque deberá hacerse una nueva tasación.

Para tratar de elevar la cifra haciendo más atractiva la finca, la dirección presentó hace cuatro meses un Plan de Ordenación de Usos para dar cobijo a nuevas actividades más allá de la gestión agropecuaria y forestal que en su día se defendió como necesario para superar una "infraexplotación". Contempla la construcción de un hotel de cinco estrellas, dos campos de golf y hasta un aeródromo además de un jardín botánico y otras instalaciones como un centro ocupacional para jóvenes. "Son iniciativas al amparo de la normativa para crear valor", detalla la gerente.

La tramitación ya está en marcha y Ugalde reconoce que, una vez aprobado, el documento sería un buen legado para quien se haga cargo del latifundio en el futuro. "Con ello, quien quiera la finca debe ser alguien potente, capaz de ponerlo en marcha", apostilla.

Mientras tanto, la vida sigue en La Almoraima. Aunque pueda parecer paradójico, se trabaja con las dos alternativas: la venta y la permanencia en la estructura estatal. "No son excluyentes. Trabajamos como si se fuera a vender y como si no. Nuestra función es gestionar sus recursos y crear valor", insiste.

Para Ugalde, la oposición "ideológica" que existe en torno a la venta supone un anacronismo. "No debe ser considerada como algo negativo. Hay ideologías que piensan que una venta o privatización supone algo malo. El sector público no tiene fondos y debe ajustar sus costes. Lo mejor que le puede pasar a La Almoraima es encontrar a alguien que no tenga ese problema", concluye.
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