jueves, 19 de febrero de 2015

"De Despeñaperros pa´bajo", por Salvador Delgado Moya

Se acerca el Día de Andalucía. Fiesta para nuestra tierra. Pero quiero explicar a toda la humanidad que significa ANDALUCIA, que significa ser andaluz.

Si os dais cuenta, esta tierra ha sido cuna de numerosas culturas a lo largo de la historia, es decir, nuestra genética es complicada de descifrar, somos gente -como lo diría- algo especial… pero os explicaré el por qué.

El andaluz ama su vida, su tierra, su sol, su mar, su gente, sus costumbres, su idioma.
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Nosotros miramos el mar y la tierra y deducimos: del mar la sal, de la tierra el trigo, del mar el pescado, de la tierra los olivos, del trigo la harina; pescao, harina, sal, aceite… ¡coño! ¡una fritura de pescaito!.

Poseemos un idioma algo especial. En cualquier parte de nuestra geografía, la siguiente frase sería: “por favor, ¿podría indicarme donde me encuentro?, un andaluz diría: “quillo, ¿onde carajo estoy?. Es la misma frase pero con una sintaxis diferente.

Somos algunos que atestiguamos algunas frases, véase algún ejemplo: ¡sube pa´rriba!, ¡baja pa´bajo!. Otra frase que denota nuestra peculiaridad es la siguiente: “ perdona, no estoy de acuerdo con tu proposición”, que traducido sería “te quie i ar carajo!”, (como veis la alocución “carajo” la aprendemos desde la más prematura infancia). Nosotros no damos los “buenos días”, nosotros decimos “buenasssss”, sobre todo si en nuestra presencia hay mujeres, y lo dejamos a la libre interpretación de cada una.

Somos gente de gastronomía y sentimientos a flor de piel. Las pupilas se nos dilatan cuando vamos a estrenar un jamón. Es euforia, alegría, emoción, algarabía, algo indescriptible, y lloramos a lágrima viva cuando nos queda solo el hueso para el puchero. Nos gusta la “pringá”, “las tagarninas”, los espárragos trigueros, las papas fritas con huevo, el café de pucherete, las aceitunas aliñás, la mojama, el vino en todas sus variantes, el tocino veteao, los chicharrones, los pimientos fritos, “los moniatos”, el pan de campo, el salmorejo, y ya voy a parar que me está entrando hambre.

El andaluz celebra durante el día que pronto llegará la noche, y durante la noche que pronto llegará el día. Son sentimientos dentro de un bucle.

Somos religiosos. Muy religiosos. Nos acordamos del sumo señor durante todo el día, ejemplos: ¡me cago en dios y la puta virgen! (perdón a quien se sienta ofendido). O algo más sibilino: “me va a tocar la lotería, si dios quiere”, pero compruebas que no tienes ni dinero vuelto y exclamas: ¡me cago en dios y la puta virgen!.

Somos gente de Semana Santa, de Rocio, de ferias, de peregrinos, de trajes de faralaes, de tardes de toros, de saetas. Explicamos la vida por fandangos, por seguirillas o por soleares. Se nos hincha la vena del cuello cuando nos expresamos con el corazón.

Sabemos más del mar que el mítico Jacques Cousteau. Nosotros no utilizamos un gran buque-laboratorio para conocer el fondo del mar. Nosotros tenemos barquillas, redes y gentes curtidas en aguas salinas. Nadie sabe más que los andaluces sobre las sardinas al espeto, el atún encebollao, la dorada a la sal, el langostino de Sánlucar, la gamba de Huelva, los boquerones en vinagre, los chanquetitos, los ostiones, los erizos de mar, al almejas, la concha fina y la mar de cosas.

Hablamos rápido. Nos comemos palabras. Tenemos que hidratarnos constantemente, por eso, y al ser tan religiosos, lo hacemos en nuestro templo, en nuestro santuario, en nuestra iglesia y en nuestra mezquita, un lugar llamado “BAR”. Tres letras que tienen para escribir muchos libros. Pero no voy hacer ningún otro comentario, respetemos las ideologías religiosas…

Somos gente de pueblo, de casas encalás y tejas de barro, de sillas de nea, de geraneos, de rosales, de claveles y canarios cantando con olores de hierbabuena, albahaca y perejil.

Nos gustan nuestras fiestas: las romerías por la devoción, los toros por el arte, las ferias por la diversión, los carnavales por la transformación, la Semana Santa por la pasión y el sentimiento.
Somos gente de ceceos y seseos, de risas, de compadres, de sol, de brindis por la amistad. Somos gente de poniente y de levante, de guitarras, de palmas, de mar y de montaña, exportadores de alegría y optimismo.

Somos únicos en nuestro vocabulario, somos una raza “algo especial”, que al contrario que algunos de nuestros hermanos, abrimos nuestros brazos y nuestras puertas para todo aquel que quiera vivir la vida de una manera “un tanto diferente”.

Llámame malaje, sieso, saborio, mal hablao, pesao o desagradeció, pero también, llámame cuando quieras reir, disfrutar, ver y vivir la vida desde otro lugar, ese lugar se llama Andalucía.

Somos de niñas de ojos negros zalameras de volantes de lunares, de caballos bailando con su enemigo astado, de caricias con maderas de seis cuerdas, de brindis con el resultado de la vid, escalofríos provocados por el líquido salado de dos hermanos: el Atlántico y el Mediterráneo; de palabras abreviadas de grandes significados y definiciones; de hombros doloridos provocados por la devoción y poseemos dos tesoros que en ninguna otra parte del mundo podrás encontrar, nuestro sol y nuestra gente.

Somos. Perdón, perdón. FUIMOS los incomprendidos, los ignorantes, los vagos, los dolientes de la tiranía del señorito y del cacique. Fuimos lo que escribieron sus vidas con hambre, sudor y padecimiento. Pero, ¡ojo!, fuimos.

Así somos. Así es un andaluz.
Si te metes en cualquier buscador de internet y tecleas: “Nací en Andalucía”, se abre un único portal que te dice:
“ ¡OLE TUS COJONES, PICHA!”…
“¡NO, NI NÁ!”…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No conozco personalmente al Sr.Delgado. Pero me confieso seguidor suyo. Es una persona con muchor recursos literarios, no se su formación, pero para mi culto.
Soy andaluz y no me siento identificado con este árticulo. Para mí el peor de todos, según mi opinión no es propio de su creador.

Pedro Corbacho dijo...

Ahora SOMOS las victimas de los sindicalistas y políticos sin escrúpulos que saquean nuestros recursos.

Anónimo dijo...

AL DEL PRIMER COMENTARIO.

¿¡Que dices picha!?:Qué eres andaluz, pues no se nota, ni por tu forma de escribir, ni por tu forma de expresarte. El andaluz es todo eso que dice Salvador y mucho más, al andaluz hay que verlo entre líneas, en el fondo de la literatura y de lo escrito aquí, allá y siempre, en su esencia y en su real interpretación, dejando siempre que los demás piensen los que quieran con entera libertad. El andaluz es libre sin serlo y lo expresa a través de ser artista de cualquier cosa. Al andaluz hay que verlo universalmente como es: a veces inculto de letras pero culto y rápido de mente; a veces culto de letras pero lento en decir lo que piensa (por los palos que le han dado y le siguen dando); a veces tranquilo pero inquieto por su porvenir y el de su familia; a veces inquieto y mal hablado con respeto y cuidado de no ofender ofendiendo, por haber aprendido a ocultar lo que realmente piensa y lo escamotea, lo enmascara o lo oculta con sus cantes de tristeza y alegrías, con sus chistes y con sus modales de caballero por no cagarse en la madre de alguien ni matar a nadie porque ama al prójimo; el andaluz es un pobre rico que no sufre el sufrimiento del cuerpo por padecerlo en su alma y llorarlo con el corazón, sus lágrimas son rubíes de sangre y por eso no salen al exterior como la propia sangre derramada; el andaluz vive al día cuando el día le deja vivir como él quiere, o simplemente vivir si su familia vive; el andaluz huye en las guerras por no entenderlas ni ir con ellos -con los de siempre- y sin embargo se mata a "cuchillazos" -cuchilladas- por su honor y el de su familia; el andaluz es como el gitano español u extranjero orgulloso de su raza donde quiera que esté, pero el andaluz no quiere dejar de ser español ni payo, pero si pertenecer al mundo si su mente es libre para ser primero andaluz y después español en Andalucía y España; el andaluz, sin dejar de serlo, no reniega de su Patria España, solo reniega de la España de los chorizos de siempre; el andaluz no se levanta y se sienta por no echarse a dormir para no soñar en lo que realmente puede llegar a hacer y ser; el andaluz no trabaja por delante y lo hace por detrás, importándole un pito lo que piensen de él si ha presentado con creces el tajo que le corresponde. El andaluz es serio y honesto siempre por dentro y por fuera..., solo cuando hay que serlo. Los hombres no hacen el cachondeo, en Andalucía el cachondeo lo hacen los hombres y las mujeres de Andalucía, después de haber cumplido. El andaluz..., ¡ay, amigo, cuánto poco sabes tú del andaluz!, para eso hay que haber vivido, y no solo en Andalucía, ni solo en este tiempo.
Te lo dice un andaluz de San Pablo y de España ¡Y al que le joda que reviente...si es lo que quiere!

Anónimo dijo...

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Andalucía es y siempre ha sido,
de aquel largo parto múltiple
del que nacieron las regiones
que forman la piel de toro,
no digo, que la última en nacer
pero sí la que, en reparto de tetas,
no sé por qué sortilegio,
le tocó la tetilla del culo,
esa que está ya en la ingle,
que muy poca leche da
por mucho más que la chupe.
Además de muy calladita
y demasiado prudente,
llorar, no creo que llorara
ni, en el momento del parto
que todos un poco o mucho lloran
para poder respirar.
Más tarde llegó el bautismo,
que fue las autonomías,
estando ya la camada
algo más que crecidita.
Y a la hora de repartir
la toma de biberones,
siempre le daban los más llenos
también los más calentitos
a las que son más lloronas.
Andalucía, como siempre dormida,
o al menos no protesta,
y…el biberón más pequeño
o la toma se saltaban
ya que había que tapar la boca
a las que siempre lloraban,
unas lo hacían a gritos
otra hasta berreaban.
Y de ahí ese refrán:
Del, que no llora no mama.
Andalucía calladita,
por no decir que dormida.
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12.04.16
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Antonio. -El niño del Corchado-