sábado, 21 de marzo de 2015

"El ascensor de mis sueños" por Cristóbal Moreno El Pipeta

"La persistencia del tiempo" de Dalí.
Quimera, negocio a mi ver, son los santos y cumpleaños, aniversarios y recordatorios.
Amor te llama todos los días del año, amorcito…; para mí: “Mi gran amor”.
            Amándote hasta en las letras de tu nombre yo te alago con mis piropos: ─”Años no cumples, pasa el tiempo por ti, y tú…, caminas por el tiempo”.
            Por eso me pregunto: ¿Entonces…, aniversarios de qué? ¿De boda? ¡Si esa fecha está escrita en el rojo de tu sangre y de la mía!
            ¿Fecha…?: ─”Paseo de una flecha subida al ascensor de la vida, hasta donde elevamos los sueños”.

            ¿Nuestros sueños?: ─“Coeficiente de espiritualidad que se multiplican en una realidad cerebral de pasado, presente y futuro incierto”.
            ¿Tiempo?: ─ ¡”Tú y yo no tenemos tiempo”! ¡Tú y yo…, somos el tiempo! ¡El tiempo y la eternidad!.

            Somos, ventana asomada al mundo con paisajes de música y gloria; unos sentimientos embelesados ante un extraño, ante un amigo, o ante un conocido: cadenas…, por donde puede correr el amor del uno al otro.

            Y el día a día…, colgando de un cuadro pintado con alfileres de felicidad, ¡puntas, entrelazadas por multicolores pelillos de un pincel sin mango que nadan en la tinta acuarela de un sí!, y se suspenden por débiles flotadores de impermeabilidad incierta en previsión de ahogarse en las olas que forma el subconsciente,  el suspiro de los sueños, los lub, dub, de un enloquecido corazón, y el correteo por carreteras deslumbrantes de éxtasis que nublan los sentidos y ciegan la razón.

¿Sueño…?: ─¡No…, vivo y siento! ¡Y lo que siento…, lo digo!:  

“Feliz…,
hasta en los sueños,
y cuando nuestro tiempo pase
-abriendo veredas para otros-
en el cielo,
─es de ley─
las tendremos nosotros:
estrellas
cubiertas de rosas y claveles,
oliendo
a nuestros besos de amor,
perfume ferviente
del cariño tan grande
que ambos nos dimos
en una vida como un segundo.
¡Un relámpago…,
en el cine de cuatro pupilas,
y en setenta volátiles aniversarios!,
…de una entrada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una entrada para esta vida; es decir, desde que nacimos.

¿O lo he entendido mal?

Cristóbal Moreno "El Pipeta" dijo...

Correcto.

Anónimo dijo...

Dicen que no hay nada eterno
ni nada que cien años dure,
ni tan siquiera el amor,
ni tampoco los recuerdos,
yo quisiera no creerlo,
Pienso que el amor es grande,
grande, inmenso y sublime,
que no puede caducar,
que no puede tener fin,
que si en el después
no hubiera nada,
el amor estará allí.
El amor en sí mismo es
de por sí, la eternidad.
Dos que se aman en esta vida
no deberían de morir.
.
19.04.16
.
Antonio.- El niño del Corchado-