martes, 6 de septiembre de 2016

Los pueblos del Valle del Genal y Serranía de Ronda pierden población

Genalguacil.
Leído en Málaga Hoy. Por su interés reproducimos esta noticia.
El éxodo se adueña de los pueblos del Genal y la Serranía
Cuarenta municipios de la provincia pierden población, de ellos 18 pertenecen al entorno de Ronda
El censo de Genalguacil y Jubrique cae un 26% en veinte años
ENCARNA MALDONADO
El espectacular aumento de población que ha experimentado la provincia de Málaga durante las últimas dos décadas, con 380.000 habitantes más (30%) hasta superar los 1,6 millones, no ha impedido que 40 municipios de la provincia pierdan residentes. 


El retroceso ha sido especialmente significativo en los pueblos del Valle del Genal y la Serranía de Ronda. Dieciocho de los 21 municipios de esta zona han visto disminuir su censo. La falta de infraestructuras y de empleo para los jóvenes, sumadas a la poderosa atracción que ejerce la Costa del Sol y al envejecimiento de la población explican el declive. "Vengo ahora de otro entierro. Este año he ido ya a 10 ó 12", dice compungido el alcalde de Jubrique, David Sánchez (PSOE). Explica que para los jóvenes es muy tentador instalarse en los municipios del litoral que ofrecen mejores oportunidades laborales. "Muchos vienen los fines de semana, mantienen su casa y el Ayuntamiento tiene que prestar servicios, pero no están empadronados aquí". Subraya también el esfuerzo que han hecho los consistorios de la Costa para forzar el empadronamiento a través de rebajas en los impuestos y tasas locales. El resultado final es que Jubrique tiene ahora 638 habitantes, un 26% menos que en 1996, más otro centenar de residentes a tiempo parcial y fuera del censo, que acuden los fines de semana y en vacaciones.

La economía local, limitada por la protección ambiental de la zona ofrece pocas oportunidades más allá de la explotación del castañar, actualmente afectado por plagas de avispilla y hongos, y el turismo de interior, todavía endeble para convertirse en una alternativa firme. "Echo en falta más espíritu emprendedor en los jóvenes", se lamenta el alcalde.

Genalguacil es, junto a Jubrique, el municipio de la provincia que ha perdido más habitantes en las últimas dos décadas. En 1996 tenía 866 vecinos empadronados, frente a los 456 actuales (-26,9%). Su alcalde, Miguel Ángel Herrera (PSOE), tiene un diagnóstico muy preciso: las infraestructuras. El pueblo está apenas a 40 kilómetros de Estepona, pero esta distancia se tarda el disparate de hora y cuarto en recorrer en coche. "Nos obliga a dar un rodeo y bajar por Jubrique por una carretera que tiene varias curvas que impiden el paso de un autobús". La segunda alternativa, más corta y lógica, enlaza el pueblo con la Costa a través de Los Reales de Estepona "pero en pleno siglo XXI todavía quedan tres kilómetros de camino sin asfaltar. La obra se está haciendo ahora y esperamos que pueda estar pronto abierta. Cuando llegue ese momento podremos llegar a Estepona en 40 minutos".

Miguel Ángel Herrera pone el acento en el esfuerzo que ha realizado el municipio para convertirse en un pueblo museo, gracias a un programa de residencia temporal de artistas puesto en marcha en 1994 a cambio de que los beneficiarios cedan una obra a la localidad, lo que le ha permitido acumular un legado significativo que está expuesto en las calles. Este programa bianual ha colocado Genalguacil en el mapa, pero no en la agenda de las infraestructuras. El alcalde se sube por las paredes cuando recuerda que "se gastan 500.000 ó 600.000 euros en cualquier rotonda de la Costa del Sol, mientras nosotros estamos aislados y sin conexiones".

"Queremos que se termine de asfaltar el camino por los Altos de los Reales, pero también que se arreglen las curvas para que puedan pasar los autobuses y se haga una conexión con la autopista. Ese día nos cambiará la vida". Desde su punto de vista no existe una planificación orientada a defender los municipios pequeños. "Pasa aquí y pasa en todos sitios. Si se quiere que estos pueblos tengan futuro hay que crear infraestructuras y tener una política de beneficios fiscales para las empresas, porque no es razonable que se paguen en un pueblo como este los mismos impuestos que en Estepona o cualquier otro municipio de la Costa". "Hay que defender el territorio e invertir en esta zona, en vez de tantos planes tontos que solo buscan tapar bocas".

Miguel Ángel Herrera asegura que el desarrollo del pueblo está condicionado a las comunicaciones, porque "a los jóvenes les encantaría quedarse, pero nadie va a invertir aquí sin la garantía mínima de las conexiones".

El panorama, con ligeros matices, se repite en cada uno de los municipios que pueblan el Genal y la Serranía de Ronda en un proceso que tiende a retroalimentarse porque a medida que se pierden habitantes se ponen en riesgo infraestructuras básicas y esenciales para arraigar la población, como las escuelas. El ejemplo más elocuente tuvo lugar esta primavera en Cartajima cuando su Ayuntamiento ofreció casa y trabajo a una familia con niños dispuesta a establecerse en el municipio. El objetivo final era impedir el cierre del colegio después de que abandonara el pueblo una familia con dos hijas.

Frente al declive poblacional de 18 municipios del Genal y la Serranía, Júzcar es un modelo de cómo una pequeña iniciativa puede revertir la suerte de un pueblo pequeño. El suyo ha sido el milagro azul. En junio de 2011 la multinacional Sony eligió esta minúscula localidad de 238 habitantes para la promoción del estreno de la película Los Pitufos. La filial española tuvo la idea de pintar todas las casas de azul. El golpe de efecto fue tal que en diciembre de aquel año los vecinos decidieron mantener el azul de sus fachadas visto el ambientazo que había inyectado en el pueblo.

Júzcar tiene ahora un 8,7% más habitantes que hace 20 años. En términos absolutos este porcentaje son solo 19 personas. Una cifra muy modesta que, no obstante, significa que se ha detenido el éxodo y la despoblación. El alcalde, Francisco Lozano (PP), no duda de que el censo se ha mantenido gracias a la actividad económica que ha generado el efecto pitufo. Solo así se explica que una localidad de 238 habitantes tenga un hotel, tres bares y dos tiendas de recuerdos.

Mejor conectado con la A-397 que enlaza Ronda y Marbella, aunque no tanto como para permitir el paso de autocares de dos ejes, como bien advierte la webmunicipal, Júzcar mantiene un programa prácticamente continuo de actividades en torno a los pitufos que le garantizan afluencia turística permanente. Su agenda de ocio incluye múltiples actividades para los niños (espectáculos, pintacaras, disfraces y juegos) que confluyen con oferta para adultos como rutas de tapas de productos locales.

Francisco Lozano precisa que varias parejas se han instalado últimamente en el pueblo, aunque pone el énfasis en una familia extranjera que llegó hace tres meses con una niña en edad escolar. El detalle es importante. Júzcar es, por el momento, el municipio más pequeño que ha conseguido mantener abierta su escuela, en la actualidad solo con una decena de alumnos.

Arriate es la segunda excepción. Sus 4.157 vecinos suponen un aumento del censo del 21% en 20 años, crecimiento que se explica por la bondad de su posición geográfica. No solo no padece el aislamiento que sufren los municipios del Genal, sino que su proximidad a Ronda y a su industria turística le ha convertido en parte en ciudad dormitorio. "Por lo que cuesta un piso en Ronda aquí se puede comprar una señora casa. Muchas familias se han venido atraídas por las comodidades de vivir en un pueblo que tiene todos los servicios necesarios, está a cinco minutos de Ronda, rodeado de unos paisajes fantásticos y cuenta con un programa permanente de actividades de todo tipo durante todo el año y para todas las edades", explica el alcalde, Melchor Conde (PSOE).

Pueblo con una arraigada tradición temporera, durante décadas sus trabajadores se desplazaron a Jerez, Sevilla, Francia, Huelva y Jaén para enrolarse en campañas agrícolas. "Todavía siguen yéndose algunos, pero ya pocos", puntualiza el alcalde. No obstante, la crisis económica y sobre todo el derrumbe de la construcción lo han castigado de forma significativa. "Ha crecido el paro y hay familias con dificultades, pero desde que llegamos hace cinco años nos hemos convertido en el Ayuntamiento de la provincia que ha promovido más contratación", explica Melchor Conde. El Ayuntamiento articula tanto programas de contratación temporal de operarios como proyectos que adjudica a las empresas locales "que de otra manera no tendrían actividad".


Finalmente, Gaucín también ha conseguido salvarse de la despoblación, aunque por los pelos. En la actualidad 1.670 vecinos, solo cuatro más que hace 20 años.

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