martes, 4 de julio de 2017

Andrés Rebolledo: "Lo que ocurrio, ocurrió; hay que asumirlo y hay que afrontarlo"

Leído en La Andaluzcía. Por su interés reproducimos esta entrevista.
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Sebastián Chilla
Hablamos con Andrés Rebolledo en la Casa de la Memoria La Sauceda, un espacio integral de memoria histórica con carácter divulgativo que se encuentra en Jimena de la Frontera y nace a raíz de las actuaciones realizadas por el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar y la Asociación de Familiares de Represaliados de La Sauceda y El Marrufo.


Andrés Rebolledo: «Lo fácil, la postura cómoda, gracias al discurso que ha habido durante toda la dictadura y la Transición, es la de dejar las cosas como están. Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, y no lo digo yo. Es necesario que la sociedad sepa de dónde viene, conozca su historia y, sobre todo, luche por mantener los derechos que todo ciudadano debe tener».

Andrés nos recibe con las puertas abiertas en lo que es casi su hogar. La Casa de la Memoria se inauguró el pasado mes de noviembre y ya es un lugar de referencia para el movimiento memorialista andaluz. Situada en Jimena de la Frontera, en el corazón del Parque Natural de los Alcornocales, este espacio presenta unas singularidades únicas en todo el territorio español. A las salas expositivas, que explican con paneles y estanterías la represión y el conflicto armado en el entorno, se les suma una amplia biblioteca –con más de 2.000 volúmenes–, oficinas, un archivo, un salón de actos y hasta patio y terraza. Años atrás, en 2012, el hito fue la exhumación en El Marrufo de 28 cuerpos de fusilados y la construcción del cementerio de La Sauceda como lugar de memoria democrática. A finales de año pasado, fue la Casa de la Memoria La Sauceda en Jimena; un arduo y lento trabajo de recuperación de la memoria que va dando sus frutos y que tiene como objetivo último, además de «devolver la historia a los mayores, la concienciación de las nuevas generaciones»: Verdad, justicia y reparación.

Verdad, porque es necesario que todos sepamos la realidad de lo ocurrido en nuestro país durante los largos años del franquismo, quiénes fueron los rebeldes y quiénes defendieron la legalidad democrática, la libertad y la paz. Justicia, porque se lo debemos a todos aquellos que lucharon para que hoy podamos disfrutar de un mundo algo mejor. Reparación, porque sin ella no hay justicia para todos los que murieron o fueron represaliados por el simple hecho de permanecer leales al Gobierno elegido democráticamente por el pueblo español.
Casa de la Memoria La Sauceda


¿Qué es la Casa de la Memoria?

La Casa de la Memoria es un espacio para la investigación y para la divulgación de la memoria histórica en Andalucía. Forma parte de un proyecto que se inició con las primeras investigaciones históricas que realizamos en La Sauceda y en El Marrufo, que continuaron con las catas arqueológicas y la propia exhumación, con el arreglo del cementerio como lugar de memoria de todo lo acontecido en aquel valle. Finalmente, la Casa de la Memoria se rehabilitó para cumplir con este objetivo de divulgación e investigación de la memoria histórica a nivel andaluz.

¿Y el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar?

El Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar inició en el 2004 sus andaduras con muchas investigaciones, ya no sólo con La Sauceda y El Marrufo, sino también con lo que fue la República, la guerra y la posguerra en el Campo de Gibraltar, también la guerrilla antifranquista, los prisioneros republicanos, que en esta zona fueron más de 30.000, con lo que eso significó para esta comarca a nivel de las construcciones y de los deseos y objetivos que tenía Franco de la mano de Hitler de tomar Gibraltar y las plazas del norte de África. Todas esas investigaciones formaban parte de los objetivos del Foro de la Memoria, que al final han desembocado en este proyecto integral de investigación, de recuperación de la memoria y, sobre todo, de divulgación para conseguir los objetivos principales que son la verdad, la justicia y la reparación.
 
Hablamos del Foro por la Memoria como eje motriz de este proyecto integral, pero ¿qué otros colectivos y particulares han colaborado en todo este proceso?

Aunque inicialmente fue el Foro quien inició el proyecto con la investigación histórica y las catas arqueológicas con la localización de los primeros cuerpos, con la propia exhumación vimos la necesidad de crear la asociación de familiares para empoderarnos también como familiares y ser los que ejecutáramos.

Tú también eres familiar…

Yo soy familiar, nieto y sobrino-nieto de fusilados por parte materna y paterna. En este caso, el Foro por la Memoria ha ido de la mano de la asociación de familiares para ejecutar el proyecto de la propia exhumación y también ya de la rehabilitación de la casa y ponerla a funcionar como está en este momento. Y para todo ello, el aspecto económico ha sido importantísimo. Las administraciones no han asumido la responsabilidad de ser los que lleven a cabo las exhumaciones, han sido fondos privados por parte de un familiar, un nieto y bisnieto de fusilados de La Sauceda. Se trata de Miguel Rodríguez [propietario de la conocida marca de relojes Festina], que se ofreció desde un primer momento a colaborar con nosotros, ha sido quien ha sufragado los gastos y nosotros hemos sido los que hemos llevado a cabo con total transparencia y entrega ese objetivo, que es el que creo que hemos logrado.

¿Qué sucedió en La Sauceda y en El Marrufo?

Bueno, La Sauceda era un diseminado poblacional, pedanía de Cortes de la Frontera, con casi 2.000 personas organizadas en un comité republicano. Con el avance de las tropas franquistas por todos los pueblos de alrededor, ellos siguieron resistiendo hasta el punto de que mandaron a la aviación, que bombardeó La Sauceda el 31 de octubre. El pueblo quedó destruido. No se sabe la cantidad de personas que murieron en ese bombardeo, a partir de ahí huyeron despavoridos, algunos a la carretera de Málaga, otros cayeron allí, hombres, mujeres y niños, murieron allí. Luego, entraron cuatro columnas militares por cada punto cardinal prácticamente, empezaron a detener gente sin distinción y a llevarlas al Cortijo del Marrufo, donde llegaron los interrogatorios, las torturas, las violaciones y los fusilamientos finales durante más de cuatro meses. De ahí, por las investigaciones, por los testimonios orales y por el tiempo que tuvieron El Marrufo como campo de concentración, determinamos que el número de fusilados en El Marrufo puede estar entre 300 y 600. El problema es que en una zona tan inhóspita, tan boscosa, con lo que ha cambiado la vegetación en estos ochenta años, es muy difícil localizar y recuperar todas las fosas. Las que nosotros hemos localizado han sido gracias a los testimonios orales, a las investigaciones que se realizaron y, sobre todo, por la cercanía al Cortijo, y que estaban señalizadas con unas cruces de hierro que pusieron allí algunos familiares y los majanos de piedra que protegieron las fosas comunes durante todo este periodo.
 
¿En qué años se sucedieron estas prospecciones? ¿Cuántos restos se han recuperado?

Iniciamos en 2011 el proyecto de investigación histórica con la colaboración de investigadores como Manuel Ramírez de Jerez, José Ignacio Gómez Palomeque, que falleció recientemente; también Fernando Sígler de Ubrique, de Papeles de Historia; Jesús Román, Juan Pino Palma, Luis García Bravo, José Manuel Algarbani, Gutiérrez Molina… muchísimos historiadores e investigadores. Comenzamos en julio de 2011 con prospecciones y catas, con la localización de casi un centenar de evidencias balísticas y cuatro cuerpos en tres fosas comunes. Al año siguiente, en 2012, iniciamos la exhumación, fueron cuatro meses, 28 cuerpos, 7 de ellos mujeres, en 7 fosas comunes, y paralelamente estuvimos rehabilitando el cementerio de La Sauceda para crear un lugar de memoria y construir el panteón donde están localizados los 28 cuerpos. Hay que decir que logramos también por la Junta de Andalucía la declaración como lugar de memoria, no sólo a El Marrufo como tal, sino a todo el valle de La Sauceda en memoria de todas las personas que lucharon y defendieron los valores de la República y que fueron fusilados con aquellos brutales acontecimientos.

¿Con qué obstáculos y trabas administrativas os encontrasteis en todo este proceso?

Obstáculos, muchos. Vamos a ver. En la medida en que no hay archivos donde investigar –el propio archivo de Cortes fue quemado–, hay muy poca información, ninguna fotografía de La Sauceda de la época, no fueron fusilamientos con causa escrita, con causa militar, sino que fueron sumarísimos. El trabajo de investigación fue arduo, muy dificultoso para todos los investigadores. Para poder acceder a la propiedad, también tuvimos trabas con el dueño, alegando que era propiedad de él. Tuvimos que utilizar estrategias de decir: «si no quieres que entremos de una manera, vamos a entrar de otra, porque los restos que allí puede haber son nuestros, no son tuyos».

¿Trabas administrativas? Las propias que ha habido durante estas cuatro décadas de democracia en este país. No ha habido una responsabilidad de Estado, ni de Gobierno, ni política hacia lo que ocurrió, hacia las víctimas y, sobre todo, hacia la sociedad. ¿Por qué? Porque entendemos que una asignatura pendiente de este calado, de este calibre y de esta magnitud no se la puede permitir un país, no se la puede permitir una sociedad y no se la puede permitir un Estado. Mientras que esto no se resuelva seriamente, con madurez y con responsabilidad, como sociedad y como país no vamos a llegar a donde ellos quieren llegar como gobernantes, como políticos y como Estado. Hay una incongruencia muy grande y nosotros, desde el movimiento memorialista, desde esta casa y, sobre todo, desde las asociaciones de familiares, entendemos que, o esto se revuelve, o nunca podremos llegar a ser un país maduro y un país en regla como debe ser un país como este.

En Jimena no os habéis encontrado con ningún obstáculo…

No, obstáculos no. Ninguno. Se sabe que hay gente que no está de acuerdo, pero eso es algo lógico y normal. Y, si me apuras, están en su derecho, es decir, no lo voy ni a criticar. Sencillamente nosotros ejercemos la libertad de expresión para llevar a cabo este proyecto, para tener esa bandera republicana en el balcón de forma permanente a diferencia de los ayuntamientos, tenemos ese privilegio de que nosotros sí lo podemos hacer. En el torreón tenemos otra. Y esto es patrimonio de aquellos valores, de aquello por lo que lucharon, de aquello que se tuvo en ese corto periodo de República y que hoy anhelamos tanto como son los derechos sociales, derechos humanos y, sobre todo, los valores de libertad, igualdad y fraternidad.
 ¿Cómo ve el mundo en la actualidad? Parece que con el auge de la extrema derecha el panorama internacional está cambiando. Esperemos que en España no crezca. Pero ¿cómo ve el futuro de la memoria histórica en el país? Parece que tiene más importancia que nunca…

Hombre, yo creo que sí. Nosotros tenemos la opinión de que el fascismo nunca desaparece, pareciera que es intrínseco al ser humano. A lo largo de la historia de la humanidad ha habido diferentes tipos de fascismo, porque, en definitiva, el fascismo es  la opresión de unos hacia otros, de una minoría hacia una gran mayoría, y ha habido miles de formas de ejecución de ese fascismo, como el que hubo con Franco, Hitler y Mussolini. Nosotros entendemos que como sociedad se debe seguir luchando por los valores que pueden impedir la proliferación de este nuevo fascismo que está proliferando en Holanda, en Francia, en Polonia, en Ucrania… No olvidemos a Estados Unidos, lo de Trump desde nuestro punto de vista es otra forma de fascismo. ¿Por qué? Porque potencia el racismo, potencia la exclusión, potencia la desigualdad, potencia todo ese tipo de cuestiones que son comparables con lo que hizo Hitler en Centroeuropa. En el momento en que grupos como estos, que tienen este discurso, esta mentalidad y esta ideología, logran el poder, pueden cambiar el mapa y utilizar ese poder con diferentes mecanismos. A lo mejor no va a haber campos de concentración de judíos, pero hay otros mecanismos de opresión y de exclusión y de que puedan morir miles de personas de miles de formas. En ese sentido, más que nunca, como sociedad y como personas librepensadoras debemos seguir luchando para conseguir que esa libertad y esos derechos se mantengan. Y nosotros, desde la Casa de la Memoria, que tiene esa carga política lógicamente, vamos a seguir trabajando en memoria de aquellos que lucharon por ello en aquella otra época. Por eso, decimos siempre que esta casa es actual, que esta lucha es actual. Va más allá de la memoria, va más allá del simbolismo y va más allá de aquellos acontecimientos que ocurrieron.

¿Qué le dice a quienes creen que esto es cosa del pasado, a quienes no creen en la dignidad, la verdad, la justicia y la reparación que el movimiento memorialista reclama? ¿Es cuestión de educación y pedagogía democrática?

A ver, es un tema complejo. Es un tema complejo porque lo fácil, la postura cómoda, gracias al discurso que ha habido durante toda la dictadura y la Transición, es la de dejar las cosas como están. «Fue una guerra entre hermanos», «mejor no abrir heridas»… y me podría quedar media hora con ese discurso. Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, y no lo digo yo. Es necesario que la sociedad sepa de dónde viene, conozca su historia y, sobre todo, luche por lo que comentaba antes, por mantener los derechos que todo ciudadano debe tener. Si no, lógicamente, vamos a seguir manteniendo la desigualdad, los conflictos y todas las injusticias y desigualdades sociales que hay. El franquismo en este sentido todavía es latente, gracias a ese discurso y a esa postura cómoda. Yo lo que digo es que tenemos la obligación como ciudadanos y seres humanos de luchar por esos intereses de los ciudadanos y, sobre todo, por las nuevas generaciones, porque el que más y el que menos tiene hijos y nietos. Todas esas personas necesitan esos derechos sociales, educación, salud, libertad, etcétera… En la medida en que cedamos, quien va a ganar puestos va a ser quien tiene el otro discurso…

 
 Porque es posible que vuelva el terror…

Yo no sé hasta qué punto denominarlo terror, precisamente por el desconocimiento de los otros mecanismos que pueden surgir. Porque nadie sabía lo que iba a ocurrir cuando llegó Hitler, nadie se lo imaginaba y fue un ídolo para millones y millones de personas. No se sabe hasta qué punto, en la medida en que se ceda por parte de la sociedad, que yo creo que la sociedad tiene las ideas muy claras en ese sentido, tiene que seguir manteniendo ese puesto de derecho que nos corresponde por ley para que esto no siga proliferando. En Francia parece que ha habido un frenazo y un cambio político, parece que los partidos tradicionales también han perdido sus puestos, la ultraderecha no ha ganado. Siempre y cuando sea con las reglas del juego, vamos adelante, pero sobre todo, luchando y defendiendo los derechos sociales, civiles y a todo nivel de la ciudadanía.

Para hacer pedagogía, imagino que iniciativas como la vuestra son fundamentales. ¿Es único un espacio como la Casa de la Memoria en Andalucía o en España?

[Asiente] Que nosotros conozcamos, no hay nada igual en toda España. Porque esto es una casa integral que, como has visto, tiene sus salas expositivas con varias unidades temáticas. Tiene su biblioteca, su sala de archivo, su salón de actos para la realización de actividades como conferencias, presentaciones y proyecciones; sus oficinas, salas de reuniones, patios y terraza, etcétera. Espacios que son utilizables para todo tipo de actividades. La biblioteca, con más de 2.000 volúmenes, es una herramienta para todos los que quieran venir a consultar. Tenemos dos documentales: uno es el de La noche más larga, que es la historia de la República, Guerra Civil y posguerra del Campo de Gibraltar y otro, el de La Sauceda, de la utopía al horror, que cuenta a través de testimonios orales y de los propios profesionales, arqueólogos, historiadores y antropólogos todo el proceso que hemos llevado a cabo. Y aparte, tenemos una oferta educativa con una guía didáctica que ya está lanzada a todos los institutos, casi 50, de toda la comarca del Campo de Gibraltar, incluidos centros de educación de adultos, ampliables también a centros de día de mayores, porque entendemos que ellos son un elemento importante para que conozcan este proyecto y esa divulgación de lo que ellos tuvieron en silencio por obligación durante tantas décadas. Y vamos a extenderla a toda la provincia de Cádiz y a toda Andalucía con el tiempo. La divulgación es fundamental para que tanto mayores como las nuevas generaciones despierten conciencia y conozcan lo que ocurrió en ese periodo oculto y en silencio.
 

¿Cómo ve la situación de las instituciones y las leyes en materia de memoria histórica a nivel estatal y andaluz?

Bueno, yendo por partes, la Ley de Memoria Histórica de 2007 de Zapatero fue tardía e insuficiente y, para más inri, no se llegó a ejecutar. Todavía siguen pululando las miles y miles de calles con nombres franquistas y con la simbología franquista por toda España. El acceso a los archivos, la propia financiación de proyectos, tenía una partida presupuestaria hasta el punto de que nuestro primer proyecto de investigación y catas fue financiado por Presidencia dentro de la partida presupuestaria de la Ley de Memoria Histórica de 2007. Fue tardía, fue insuficiente y además, no se llegó a ejecutar. La ley, como tal. Y una ley es para que se cumpla. Llega el PP al gobierno y la dilapida. No la anula porque no la puede anular, pero la elimina por completo, sin partida presupuestaria. Además, niega que hubieran ocurrido esos acontecimientos; el propio Rajoy ha dicho públicamente en televisión que esas fosas no existen y que es mentira, entre tantas otras cosas que dicen los dirigentes populares. Si vamos a la Ley de Memoria Histórica de Andalucía, sí nos hemos hecho partícipes de ella y creemos que es importante, porque supera la de 2007 de Zapatero. Puede ser un referente a nivel nacional como ley autonómica y tiene elementos importantes como es el tema de las exhumaciones, pero no hay partida presupuestaria. Ahí hay una contradicción. Si se han de cumplir las exhumaciones, con más de 60.000 fusilados, tiene que haber una partida presupuestaria, porque eso no se puede hacer de manera simbólica. Se tiene que hacer con profesionales, con rigor científico, con un presupuesto y, además, con el menor tiempo posible, porque los testimonios orales se van perdiendo, van muriendo las personas que pueden contar cosas. Pero por una cuestión de dignidad y de obligación, se tiene que hacer. Luego, lo de incorporar a los libros de texto este periodo oscuro y oculto de nuestra historia, como fue el golpe de Estado, el franquismo, la República…, está contemplado en la Ley de Memoria Histórica de Andalucía y si se llega a ejecutar, entenderemos que es un logro importante. Hay una serie de elementos importantes de esta ley, pero hay que estar alerta y hay que fiscalizar para que se cumpla.

No hay futuro sin memoria histórica…

Hombre, para nosotros, yo creo que no, si no, es como si faltara algo. Y no debe faltar nada, debe estar todo y además, de manera rigurosa. Lo que ocurrió, ocurrió; hay que asumirlo y hay que afrontarlo como sociedad y como Estado para que entre todos vayamos hacia adelante como país y en cuanto a los derechos que debemos tener.

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