miércoles, 9 de mayo de 2018

"Olivos negros", por Cristóbal Moreno "El Pipeta"

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Cristóbal Moreno El Pipeta, intervino con este escrito en el Homenaje a Miguel Hernández, celebrado por Club de Letras de la UCA, el viernes en San Pablo de Buceite.

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OLIVOS NEGROS
Homenaje a Miguel Hernández y a tres vecinos residentes -a la fuerza- en una fosa común.

Olivos con raíces de huesos; huesos con corazones de plomo; plomo, acebuches y huesos pintados con sangre española, y por la muerte arremolinados.

¡Cómo tu Rayo, Miguel Hernández, que no cesa!, aún no ha cesado mi conformada memoria: de tus poemas, de tu sentencia, ni de tu cárcel. Presa tu muerte por la tuberculosis de España, fuiste librado de un entierro en cuneta sin césped, cuando rugía plomo ardiendo con lava de odio. Volcán bajo olivos negros de muertos sin guadañas, que esperan digno entierro adornado con flores de invernadero en cualquier cementerio sembrado de espadañas, y no en fosas que a la humanidad empañan. En cementerios, en cunetas, en fosas o al aire libre; enterrados por la fuerza de la muerte, de la sinrazón: asesinato cruel de una España a otra España, que hoy, con lágrimas aún enrojecidas, se lavan las manos en las mismas blancas palanganas.

¡Ay!, madre, que por esa curva yo no quiero pasar. ¡Qué no, que no quiero yo, sentir a la muerte!. Sentirla, sentirla..., y sentirla rota en su vida sola. Sentirla llorando, asida a sus rojos huesos. Carabelas..., comiendo tierra obrera: española, jimenata y sampableña. Te enterraron sin apellidos y te mataron con ellos..., María. Sola de sentimientos y acompañada de muertos y balas machacadas. Frasquita Oliver García, bajo el olivo está tu alma perforada y rota. Estás junta a esas otras dos, abrazadas, al miedo enredadas. Manuel Reyes: sin reino y de dos reinas rodeado. Algo te dejaron.

¡Que no, que no quiero oir matando a órdenes de fuego! ¡Ay!, madre, por esa curva de acebuches y olivos negros, bajo El Llano de los Algarrobos, carretera de San Pablo, dehesa de Buceite, yo, llorando, por ese lado, por esa cuesta, pasar no quiero, pues tres gritos muertos me llaman, sedientos de amor y de flores. Gritos faltos de familia, fallidos en su muerta vida. Esas voces me dicen, "que ya nadie oye sus llantos olvidados, y enmarañados entre raíces secas de colorada savia". ¡Madre..., yo por allí, no quiero pasar!. ¡Qué no quiero sentir, tres veces a la muerte llamar! ¡Qué no, que no quiero yo, por esa curva pasar, ni por la carretera ni por la vía!, pues Frasquita, Manuel o María, ni siquiera sabían, el porqué siguen allí enterrados, ni el motivo por el que morían.

8 comentarios:

Pacurro dijo...

Mi aplauso Cristóbal

John Arnold Lafuente dijo...

Mí querido amigo Cristóbal… Parece que hay al menos dos de nosotros que no podemos pasar por “esa curva” sin pensar en las injusticias durante la cruel persecución en la post-guerra civil en España. Los registros demuestran que Francesca estaba embarazada de 7 meses en el momento de su asesinato junto a su marido Manuel Reyes el 17 de febrero de 1937 dejando “…siete hijos huérfanos vagando por las calles del pueblo…” Es decir para mí no son tres pero cuatro “gritos muertos” que me llaman!

Anónimo dijo...

Cristóbal: tu escrito demuestra, ybar vez más, que la poesía se lleva en el alma. Hay quien la porta y quien no.
Enhorabuena

José Cabrera dijo...

El olivo simbolo de paz, aqui reseñado como recuerdo de la tragedia de nuestros abuelos. En Jimena como en tantos lugares de nuestro pais. La España negra que asesino a miles de personas y nos sumio durante mucho tiempo en el miedo y la pobreza cuando no al exilio. Justo recuerdo a las personas que mancilladas y asesinadas siguen ahi olvidadas bajo el arbol que da personalidad a nuestra Andalucia.
Nota. Mis disculpas por la atonia acentual de este movil.

Anónimo dijo...

Grande fue y es en verdad
y por siempre lo será
el poeta Miguel Hernández
y no menos grande lo es ya
Don Antonio José Antonio
Hernández Guerrero
y como él a la historia pasará
como insigne hombre de letras
y por su bondad y humanidad.
Tampoco se queda atrás
Cristóbal Moreno (El Pipeta)
uno de los mejores que hay
en Andalucía, en Cádiz
como escritor y buen poeta.

Anónimo dijo...

Sigo sin entender por qué no se valora aun tío que se levanta a las cinco de la mañana sacar cepas, y a esta gente se le cae la baba con tanta cagalera que no lleva ningún sitio. Y se la respuesta, porque ninguno de estos se ha montado en mulo a las cinco sin luz con un peazo pan y un chorizo y se tira al monte hasta las tanta de la tarde, para ganar cuarenta euros, esta gente lo trae ya ganado y si no es así me lo dices. Es el mundo que tenemos o eres intelectual, o te lo das de intelectual y tendrás recompensa.

Cristóbal Moreno dijo...

Espiritualmente (podía ser niña o niño el embarazo de Francisca) le di vida espectral y género al feto del embarazo, creció siendo niña sin llegar a adulta, y de ahí la niña que le habla a la madre tal como siempre la conoció (huesos llenos de sangre -muertos). Se que es difícil deducirlo, pero si no de donde surge la niña. Dejo que el lector lo adivine o dejé en suspense como cualquier hija vecina que le da miedo pasar por allí "Sentirla llorando, asida a sus rojos huesos": esa es el bebé muerto un niño espiritual que va de la mano (huesos) de su madre, que la reconoce en lo que conoce de ella "huesos y solo huesos, una madre de huesos", y le da miedo porque lo que pudo ser el feto (en este supuesto niña) ya de mayor todo lo sucedido para ella que lo vio, (vivió, el feto estaba vivo en el momento de la muerte) y sintió le causaba un miedo atroz (incluso) en su vida espectral.
Muchas gracias. Lo hablamos personalmente. Muy interesante además lo de los hijos huérfanos.
Gracias también al recto de los lectores que comentan y a los demás.

Anónimo dijo...

Al de las 7.50. Espero q no t contesté por lo irrelevante y desagradable de tu comentario, q por si solo se descalifica y te descalifica, y no por tu profesión que merece el maximo respeto si no porque ignoras el esfuerzo de tus semejantes creyendote q el tuyo es el más sufrido, y por eso intentas enmascarar simplemente que no has tenido reaños para ser otra cosa que la q t mereces, así que te aguantas, pues demuestras además q sólo te conoces tú y ni siquiera la importancia de lo q t rodea: de las personas y de las profesiones. Incluso con este comentario se deduce que encima no eres feliz ni con tu profesión a la q lloras y t quejas. La vida es dura y no sólo la tuya, ¡cuantas cosas ignoras de los demás y cuanto lloras por ti sin ver q solo es tuya la culpa y no de los demas!. Hasta esto sobra decir.